El Flautista



El Flautista.


              El niño, alzó su mirada hacia el edificio y pensó. Un día más de escuela. Un día más en el infierno. Y caminó hacia las escaleras mientras todos los demás entraban. Tomó el pasillo hacia su casillero y cuando lo estaba abriendo, los dos matones de cuarto año estaban detrás de él.

-He, niño listo. ¿Traes el almuerzo que mamita nos envió? -

-Eres demasiado inocente para saber lo que hay entre tu madre y yo, pequeño. Que te lo cuente ella. Ahora, dame ese almuerzo.-

Tomaron el almuerzo del niño y lo patearon en el suelo un poco, para que recuerde quien manda allí.

Entonces entró aquel muchacho nuevo.

Tenía un pantalón con tiradores y una mochila gastada. Era patético. Olía a rayos y su rostro era muy particular.

-Y tú que miras campesino. ¿Quieres unas patadas también? Vamos, lárgate de aquí antes de que te pise.-

El niño nuevo caminó hasta el aula y los matones entraron detrás de él.

La maestra guardó silencio. Sabía que eran capaces esos muchachos y no quería problemas con ellos.

-Bien, siéntense que comenzará la clase. -

-La historia es la esencia misma de nuestro futuro, comenzó la maestra a hablarnos. Con ella podemos no solo recordar aquellos grandes sucesos, sino también delinear nuestro futuro, en base a esos recuerdos. ¿Alguien podría decirme el significado de la palabra historia? -

Uno de los matones levantó su mano y dijo:

-Bla, bla, bla, bla y eso es todo, mujerzuela.- Y comenzó a reírse con sus cómplices.

Entonces, Leticia, la niña que sabía de todo dijo:

-La historia es la disciplina que estudia y expone, de acuerdo con determinados principios, los acontecimientos y hechos que pertenecen al tiempo pasado y que constituyen el desarrollo de la humanidad desde sus orígenes hasta este momento.-

-Muy bien Leticia, veo que te has preparado.-

Entonces uno de los matones se levantó y caminó hasta donde estaba la profesora. 

-¿Por que no mejor nos lee un maldito cuento, bruja? estamos en la clase de historia ¿no es así? entonces, lea un maldito cuento.-

La maestra estaba muy asustada y se sentó temblorosa en su asiento. Los chicos quedaron en silencio, mientras estos idiotas comenzaron a alborotar toda la clase.

-Recreo alumnos- dijo Sergio, otro idiota de la clase y la mayoría de los chicos comenzaron a hacer disturbios frente a unos pocos que quedaron inmóviles en sus pupitres, ante el caos que se había originado en el aula.

De pronto, el niño nuevo se levantó de su asiento y caminó hasta el frente de la clase, con su pequeña mochila andrajosa. Se paró frente a todos en silencio, con su mirada al frente, llamando la atención del resto de la clase allí presente.

Uno de los chicos alborotado dijo: -¿Quien mierda es este infeliz? ¿Acaso nos leerás un cuento idiota?-

Y el más matón de todos hizo callar a todos y le dijo al chico nuevo:

-Tú, pequeño campesino, vas a narrarnos una historia. Y más vale que me deslumbre o vas a ser historia. -

Y todos comenzaron a reír a carcajadas, burlándose del pobre infeliz allí parado.

Entonces ocurrió algo sorprendente. El pequeño niño dijo:

-Siéntense y escuchen esta historia que voy a contarles. Mucho de ustedes quizás la hayan oído antes, pero créanme, los va a sorprender.-

Entonces todos se reían del andrajoso, mientras el niño comenzó a contar la historia de un hombre, que era pobre y que andaba por el mundo tratando de hacer algo de dinero.

- Un día, dijo el niño, el viejo llegó a un pueblo, que estaba atestado de ratas inmundas. La gente de aquel pueblo moría por las enfermedades que estos roedores traían consigo en sus eses. El rey ya no sabía qué hacer al respecto. Entonces el forastero se acercó al rey y le dijo que, si él le daba una bolsa con mil quinientas monedas de oro, el sacaría a todas las ratas del pueblo para siempre. El rey, desesperado aceptó el trato y prometió darle el oro si el eliminaba a las ratas. Entonces, el hombre sacó de su bolsa una delgada y vieja flauta de madera, con solo 6 agujeros y unos extraños grabados en su lomo. Y comenzó a tocar una extraña melodía. Cuanto más tocaba, las ratas comenzaron a salir de los recovecos de la ciudad y siguieron al flautista, por el camino del reino, hasta llegar a un enorme barranco. El océano estaba debajo y mientras el tocaba, las ratas fueron cayendo de a cientos al mar. En unos pocos segundos, la ciudad se quedó sin ratas y el flautista dejó de tocar, para ir por su recompensa.

-Vamos, estas contando la historia del flautista de Hamelin? ¿Acaso crees que somos idiotas como tú? -

Entonces el niño guardo silencio y luego dijo:

-¿Acaso tú sabes cómo terminó aquella historia?-

-Claro que la sé. El rey se negó a pagarle su bolsa de oro y le dio al flautista solo una moneda de oro. Luego el flautista se enojó mucho y regresó al pueblo a tocar otra extraña melodía. Los niños de aquella ciudad enloquecían con esas notas diabólicas y comenzaron a seguir al flautista. El los llevó por el bosque y abriendo una puerta mágica en la montaña, hizo que los niños entraran por ella. Allí había un enorme parque de juegos, donde los niños vivieron por siempre, pero el pueblo se quedó sin niños. ¿Quién no conoce ese cuento idiota? Eres un imbécil campesino, voy a golpearte en frente de todos, para que aprendas que con nosotros no debes ser un infeliz.-

Entonces el niño sacó de su bolso una flauta pequeña y vieja. Aún tenía las inscripciones en el lomo y dijo:

-Esto, es lo más importante del cuento. La flauta mágica.-

-No te creo infeliz. Trajo hasta una flauta para narrar su estúpida historia. Voy a destrozarlo.-

El niño sopló unos pequeños acordes con su flauta y todos quedaron en silencio.

Y mirando fijamente a cada uno de ellos, dijo:

-La historia, es mucho más que simples anécdotas. Son hechos que sucedieron en alguna época pasada y que, injustamente, tal vez por la crueldad de los hechos, son mal llamados cuentos. Pues, lamentablemente, aquel día, los niños fueron encantados por el tétrico sonido de este instrumento. Y siguieron al flautista hasta el mismo desfiladero, donde hacía unos minutos habían caído las ratas. Esa tarde murieron 196 niños ahogados en el mar. Algunos quedaron desmembrados por las rocas. Otros fueron devorados por enormes peces que emergieron de las profundas aguas heladas, pero ninguno sobrevivió a la caída. El rey lloró desconsolado junto a las familias que vieron como sus hijos murieron horriblemente.
Intentaron dar caza al flautista, pero este siguió tocando, hasta que todos los que habían salido a buscarle murieron con sus tímpanos destrozados. -

La clase permanecía enmudecida, entonces el niño agregó. 

-Algunos sobrevivientes se pararon frente al flautista, se desnudaron y comenzaron a bailar al compás de aquella música diabólica que no tenía sentido. Luego se devoraron unos a otros, como animales hambrientos, mientras la luna se tornaba en un rojo púrpura en medio de la noche. -

-Estaban poseídos por ese instrumento, como lo están ustedes ahora. Escuchándome decir estas cosas, pero incapaces de mover un músculo. Preguntándose en sus débiles mentes 

¿Será verdad todo esto o me lo estaré imaginando? 
La oscuridad y la luz se contraponen en su pequeño entendimiento de las cosas, pero la verdad es que conviven, en un equilibrio exacto que está más allá de sus ineficaces razonamientos.-

-El hombre de la flauta era de mi familia. Y ese instrumento permaneció siempre con nosotros a través del tiempo. Las tinieblas tienen muchas puertas. Pasajes secretos al silencio.

Esta flauta hace posible que las puertas del infierno se abran y se cierren a su antojo. Pero hay que pagar un alto precio. Aquel día, el flautista se llevó todo el oro de Hamelin y cientos de miles murieron en una sola noche. Hoy, algunos de ustedes van a experimentar lo que el sonido de esta flauta hace en la mente del que escucha.-

                    Y el niño siguió tocando y mientras los niños buenos permanecían sentados en sus pupitres, aquellos matones del grado comenzaron a caminar hasta un puente, cerca de la escuela. Los seis muchachos saltaron a las vías de un tren, que los despedazó sin piedad. Entonces tres osas hambrientas devoraron sus carnes y sus huesos, hasta que no quedó ningún rastro de ellos.

Cuando logré salir del trance, estaba sentado en mi banco y la profesora estaba explicando el significado de la palabra historia. Miré hacia atrás, como si me hubiera despertado de un sueño. Sin embargo, Daniel, Roberto, el gordo Matías y su hermano Miguel, Claudio sin dientes y Sergio, los matones del grado ya no estaban allí.

Me levanté y busqué a aquel niño nuevo que había entrado con todos ese día y pregunté absolutamente en shock.

-¿Donde están?-

La maestra intentó regresarse al asiento, pero al notar mi angustia, me preguntó apaciblemente:

-¿Donde están quienes? -

-Los bravucones del aula. Ya sabe, aquellos que hacían desorden todo el tiempo, a los que usted también les temía. -

-Raúl, siéntate por favor. Aquí no hay matones como tú dices.-

-Pero maestra, siempre estuvieron acá. Yo los vi entrar hoy como de costumbre y mire, sus asientos están vacíos, allí, en el fondo del aula. -

Entonces la maestra preocupada por lo que decía, me llevó hasta la dirección para darme un poco de agua y pudiera relajarme. La directora me preguntó por esos niños que yo decía haber conocido. Le di sus nombres y ellas lo buscaron en sus registros. Entonces me dijeron que no había nadie en la escuela con esos nombres.

-Has imaginado todo esto Raúl y me entristece saber que te has quedado dormido en clases otra vez. Llamaré a tu abuelo para que vengan a retirarte. Necesitas descansar. Esta vez no vas a recibir castigo. Espero que descanses en tu casa y mañana regreses más lúcido a clases, ¿está bien? - dijo la directora.

Al rato llegó mi abuelo y me retiró de la escuela.

Mientras caminábamos de regreso a casa, metí la mano en mi mochila, y para mi asombro, allí estaba. La flauta mágica de aquel muchacho nuevo, en mi mochila. Entonces mi abuelo se detuvo y mirándome fijamente me dijo:

-Te expliqué en casa del poder de este instrumento. La melodía de esta flauta puede enloquecer hasta a los ángeles. Raúl, eres un aprendiz muy irrespetuoso. Debes ser más cuidadoso con este instrumento. Recuerda que hasta ti te puedes engañar con su melodía, si no tratas a esta flauta como debes. Esos niños pagaron el precio con sus vidas y entraron en el olvido eterno. Yo mismo pude sentir, como su sangre clamaba desde la oscuridad del suelo. Debes aprender a controlar cada nota que tocas. Ya lo harás bien.

-Abuelo, ¿Estas diciéndome que yo hice esto? -

-Hay Raúl, hasta tú fuiste víctima de su encanto.-

-Jamás vuelvas a llevarla a la escuela. Entonces mi abuelo tomó la flauta y tocó unos acordes. Y mis ojos se abrieron. Y volví a recordar cada detalle de lo que había pasado. 

               Existe el bien y el mal desde siempre. Aquel instrumento es una balanza, que mantiene el equilibrio entre mundos que no son tan distantes.

¿Historia, ficción?

Ambas son parte de la misma realidad.

Solo hay que creer.


                                             F I N

    
                                        (Basada en el cuento de los hermanos Grimm.)                                             

                                                                                                                               Luis Sadra.

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Comentarios

  1. Un excelente trabajo de reinterpretación de un cuento clásico, que no olvida ni el gore ni la fantasía al máximo. Me encantó, querido amigo.

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  2. Me encantó leerte,una historia que engancha hasta el final. Felicitaciones querido amigo Luis Sadra. Bendiciones y muchos éxitos.

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