Luis Sadra : Mentes Nocturnas

Haz clic si quieres escuchar la narración Susurro A veces me veo volar sobre un céfiro fugaz que me atrae sobre el risco. Un extraño suspiro interminable que me llama sobre nubes oscuras, más allá de la tormenta. A veces solo es un sueño, que deja entrever mis alas abiertas.   Solo ese deseo de tocar el cielo con mis manos. Solo un tenue palpitar que se hace grande cuando me siento en el borde. Y mientras observo el vacío, puedo presentir el llanto de un viento moribundo, que solo quiere que me arroje en sus brazos. Un ave aparece en el horizonte, reclamando mi partida, pero solo me quedo estática, aguardando la señal de mi corazón acongojado. No creo que mis alas se desplieguen en el aire. No creo que mi dolor este seguro en mis brazos. El tiene temor de que salte, porque se irá conmigo cuando toque el fondo. Y en el silencioso pasar del viento, aquel susurro encantado me pide que confíe en mi misma. Quizás lo haga. Quizás me haga uno con el abismo. Aún no lo sé. Pero

Haz clic si quieres escuchar la narración Adiós amor mío.  Me despegué de tus brazos un instante, mientras los segundos se hacían años en la eternidad. Un siglo alejado del calor de tu cuerpo buscando una manera digna de perderte. Observando tus ojos que aún parpadeaban. Y en la brisa simbólica de tu aliento, cobijé toda una historia a tu lado. Todas esas memorias que se olvidan dejando una vida atrás en un solo fotograma. Despreciando el tiempo que pasó como un río embravecido sobre mi alma moribunda. Y mientras el crepúsculo descansa en el horizonte entre nubes oscuras, me abracé a aquella lágrima que se desprendió de tus pupilas, y cayó sobre mi rostro, que ya se hundía en un olvido irremisible. Adiós amor mío. El ángel de la muerte tocó mi mano para cargarme entre sus brazos, levitando sobre un universo lejano.  Ella se sentó a mi diestra a dispersar el silencio todo en derredor. Sometiéndome a aquel vacío que no puede cosechar más que soledad en la nada. Y mien