El DUENDE
El Duende. El hombre que caminaba en el bosque, sin darse cuenta, se había apartado de su camino. Marchó durante varias horas sin rumbo y luego se dijo: -Estoy perdido-. Quiso tomar el sol de referencia. Luego miró hacia el horizonte en medio de la selva misionera y se volvió a repetir: -Estoy absolutamente perdido en el monte-. Tenía pocas reservas. Solo su bastón para espantar serpientes y un pequeño saco, donde guardaba algunos bocadillos. Debía llegar a casa de su tío antes de que anocheciera, pero el sol se ocultaba rápidamente sin tregua. Entonces se sentó a pensar cómo salir de aquella situación. Fue cuando, de entre el follaje, una figura pequeña emergió de entre los arbustos altos. Era humanoide, de orejas largas y en punta. De piel amarronada y vestía como un humano. Con pequeños pantalones, tiradores de cuero y un sombrero anticuado hecho de paja. Tenía un trozo de hierba seca en su boca, como un mondadientes. El hombre lo miró fijamente y luego pregunto: -¿Y tú quien ...